Capítulo #1 "Junta."

Cass miró a Ian e hizo un puchero.
-No vas a presentarme?- Preguntó. Alice seguía a Zyra. Miró de reojo a Cass.
-Pagarás lo malo estando con él?-
Cass no la entendió y la miró.

Cass sonrió.
-Espero ser la novia de Ian. A que si?-
Arya rió y Cass le pisó el pie.
-Eres muy pequeña para eso, Cass.- Rió Dante. -Además, yo aún no lo he aprobado.- Dijo mirando fijamente a Ian, serio. Luego volvió a reír.


Ahri siguió sonriendo como antes.
-Como quiera, son 14,50.-

Sasuke le pago por la comida, se puso a caminar hacia la puerta para irse a su casa, una vez fuera siguio caminando en dirección a su casa.

Cass sonrió.
-La edad no importa.-
-Eh.- Los llamó Zyra a todos. Estaba frente a un gran edificio, como una mansión. -Ya hemos llegado. Entren.- Dijo, abriendo la puerta. Todos los de la casa Korthel entraron. Zyra se quedó en la puerta esperando a que los demás entraran.

Zyra los miró a todos.
-Bien, repartamos habitaciones...-
-Yo con Ian!- Se apresuró a decir Cass y rió levemente. Vergil iría con Leo para cuidarlo. Dante y Nero, los gemelos, irían juntos. Arya iría con Vanille (para disgusto de Cass), Lynx y Serah irían en otro cuarto y Arc y Noctis irían en otro. Cay y Hope irían en una de las últimas habitaciones del pasillo, y por un momento Cygnus iría con Alice.
-No.- Se negó Cass. -Ya es bastante que Arya tenga que ir con Vanille.- Dijo, a lo cuál Arya arqueó levemente las cejas. -Alice no puede ir con él.-
-Por qué?- Preguntó Arya.
-No es de la familia.- Bufó Cass.
-Sí lo es...-
-No, y además, Alice debe ir sola.- Exigió Cass.
-Cassiopeia, lo que yo pensaba era ir con Alice por si ella... Necesitaba ayuda.- Dijo Cygnus respetuosamente, sin mirarla. Cass le ignoró.
-Alice debe ir sola. Aunque quieran cuidarla, sólo ella puede hacer algo por si misma. Y no necesita ayuda de nadie. Además cuando quiere es peligrosa.- Dijo Cass negando. -A que sí que debes ir sola, Alice?-
Alice la miró por un momento. Miró a todos y luego se miró a las manos con los guantes.
-Sí.- Dijo finalmente. Zyra suspiró.
-Bien, bien, como sea. Cygnus en una habitación, Alice en otra y yo en otra. Faltáis vosotros.- Le dijo a Alicia, Angeline y la hermana de Ian.

-Jo, entonces yo con Ian y la chica.- Rió Cass. Sintieron que entraba alguien por la puerta.
-Lo siento! Lo siento, lo siento, lo siento...- Se excusaba Ahri delante de Zyra. -Pasa que tuve muchos problemas...-
-Vaya, la nueve colas!- Dijo Arya fascinada, mirando las nueve colas de la chica. Ahri la miró un momento pero siguió hablando, rápida y nerviosa, a Zyra.
-Primero fui al comité y entonces me peleé con un chico ayer. Entonces estuve un poco mal con la magia y pasa que...-
-Puedo tocar?- Preguntó Arya, pero Ahri no la escuchó.
-... y entonces ella me dijo "Entonces vete ahora mismo!" y yo le dije "Vale mamá, pero no me extrañes!" y luego cuando salí y te busqué me dijeron que te habías ido...-
Arya quería tocarle una cola pero Lynx le negó con la cabeza.
-... y entonces justo me encontré a la noche con un chico medio raro y lo llevé al restaurante y te puedes creer?! Desapareció! Así, así: POOF!!...- Dijo, haciendo la seña (xD).
-Pero...- Arya le dijo a Lynx, y esta volvió a negar.
-... y cuando estaba atendiendo en el restaurante, sabes con quién me encontré? Con el mismo chico con el que luché! Y me quedé como "Vaya coincidencia!" y se ve que el se enfadó porque.... AUUU!!- Ahri se asustó y gritó moviendo una de las colas. Arya estaba abrazada a una de ellas.
-Suelta, suelta!-
-No, no quiero, me gusta!-
-Pero es mi cola!-
-No, ahora es mía!-
-Y mira que le dije que no tocara.- Suspiró Lynx llevándose una mano a la cara mientras Arya hacía pucheros exigiendo la cola de Ahri.
-Bueno, Ahri, ahora tendremos que asignarte a una habitación...- Dijo Zyra para pararlas.

-Lo seré seguro.- Rió Cass.
Zyra miró a Ahri.
-Y por qué te peleaste con ese chico?-
Ahri se quedó pensativa un momento. Luego sonrió y se encogió de hombros.
-Hacía mucho que no me peleaba con alguien.- Dijo y Zyra suspiró.
-Tú eres algo así como una ardillita muy ruidosa que se pelea bastante, no?-
-En todo caso será un zorro mujer que parece una ardillita muy ruidosa que ha nacido en medio de un combate o algo así.- Dijo Ahri pensativa y Zyra suspiró levemente.
-Lo que sea. Tu habitación será la del último.-
-Bien, habitación para mi sola...!-
-La compartirás con Ashe.-
Ahri se dió la vuelta y la miró.
-Qué?! No, no, habitación para mi sola. SOLA.- Dijo remarcando la palabra con gestos. -Pon a Janna y Ashe juntas.-
-Pero entonces todos moriremos.- Suspiró Zyra y Ahri rió.
-Sí, por eso será más divertido. Habrá tantas peleas que no me aburriré.- Sonrió dando saltitos. Zyra puso una mano en su hombro para mantenerla quieta.
-Anda, peleas, vete a tu habitación.-
-Claro. Chao-chao!- Sonrió y se fue dando saltos.
-Qué mona.- Comentó Dante y Nero rió.
-Sí, pero a veces es una pesadilla.- Suspiró Zyra.
-Pero si no le haría daño a una mosca!- Rió Dante.
-Oh, no la subestimes. A veces si se enfada da algo de miedo.- Dijo ella encogiéndose de hombros. -Venga, todos acomódense...-

Cass siguió a Ian. Todos se fueron a acomodar a sus habitaciones y a organizarse entre ellos.

Cass rió levemente acomodando sus cosas. Arya apareció en la puerta.
-Hermanita~...-
-Qué quieres, Arya?-
-Sabes que entrenaremos y lucharemos?-
Cass la miró un momento y frunció el ceño.
-Por favor, Arya.- Dijo y rió burlona. -Somos hijas de Sephiroth Korthel, aspiramos a un trono, un clan o al menos un castillo. Somos señoritas, no guerreros.-
Arya frunció el ceño e hizo un puchero.
-Pero... Pero... Lynx, Serah y Vanille lucharán...-
-Pero ellas son bastardas y si no se ganan la vida con eso se la tendrán que ganar de una manera peor.-
-Pero...-
-Las cosas son así, Arya.- Suspiró Cass algo molesta. -Se nace como se nace. O siendo escoria o con clase.- Dijo algo cruel. -Ni pienses en entrenar. Ni en luchar. Y menos quiero que seas tú una de las que vaya a por los cristales. Sólo hemos venido aquí a acompañar, no te precipites.- Dijo Cass. Luego salió por la puerta. -Me voy a tomar el aire. No molestes a Ian.- Dijo como despedida.

Alice se había recostado en la cama. Quería dormir. Hacía ya tres días y medio que no dormía. Pero a ella no le importaba.
Su cama daba justo con la pared de la otra habitación. Escuchó las conversaciones y se puso a pensar.
Había ella nacido como escoria? Su familia era una de las más importantes que existían hasta ese momento, pero posiblemente Alice fuera peor que los bastardos. Era cruel y fría, pero nadie entendía sus ideas, ni sus pensamientos, ni sus gritos, ni sus llantos, los cuales a veces se estendían horas y horas, especialmente en las frías noches. Nadie entendía por qué lloraba o gritaba, cuando después se mostraba igual de inexpresiva que antes.
Lo notaba. Notaba que era una carga. Notaba que sus padres la odiaban. Notaba cómo los decepcionaba. Su padre se portaba bien con ella como con todos, y su madre normalmente hacía lo mismo, pero nadie sabía lo que pasaba momentos antes del parche y el barbijo. Nadie sabía lo que pasaba antes de que ella tuviera que vendarse y ponerse guantes. Nadie sabía la razón por la cuál no dejara más que un solo ojo al descubierto. Nadie excepto sus padres y ella.
Se dió vuelta hacia la pared. Podía llorar en ese momento? Nadie la observaba, así que tal vez podría. Se sentía frustrada, pero el hecho de frustrar a los demás era lo que la hundía más. Cómo es que, naciendo en una familia tan buena, pudiera ser ella un monstruo de tal tamaño?
Siempre la gente contaba historias de Morgana, de Zyra, de Eva... Esas malvadas brujas que habían arrasado lugares, destruyéndolo todo a su paso. Hablaban de su maldad, de su codicia, de los monstruos que eran. Pero todos los que conocían a Alice llegaban a pensar alguna vez que ella era peor. Morgana siempre tenía un motivo para lo que hacía, Zyra también, y Eva normalmente cumplía órdenes. Pero lo que todos veían en Alice no era más que crueldad, soltada por diversión.
Y Alice se dió la vuelta en su cama. Sabían ellos lo que sentía? No. Sabían lo que pensaba? No. Sabían que lloraba en silencio y en secreto? No. Y sabían ellos las ganas que tenía de alguna vez morir? Tampoco.
Lo peor era su belleza. Ya pretendían casarla. Su padre la usaba. No sólo él, sino que se aprovechaba de ella para conseguir lo que quería de los demás, ya fuera por su hermosura, o por el miedo que en sí su sólo nombre daba.
Alice.
Nombre de perdición.
Cerró los ojos, y pensó un momento.

{Alice lloraba en la esquina de una habitación. Se escuchaban algunas risas. No tendría más de seis o siete años.
Se sentía traicionada; su madre también estaba ahí, mirándola fríamente.
-Alice.- Su padre le extendió la mano, acercándose a ella. -No tengas miedo. Ven aquí.-}

-NO!!-
El grito y el estruendo fue tal que incluso los que no estaban en ese pasillo supieron que algo pasaba.
Cuando Alice se quiso dar cuenta de lo que hacía, había tirado el escritorio, la silla, las camas, todas las estanterías y los gigantescos armarios de su habitación. Miró a la pared que daba al cuarto de Ian y Su. Tenía marcas y grietas. Y había sangre. Se miró a las manos por instinto, y se dió cuenta de dónde provenía. No sabía por qué, pero seguía gritando. Sus manos seguían golpeando. Sus ojos seguían abiertos. Sus lágrimas seguían mojándole las mejillas.
-No! No! No! No! Y NO!!-

Alice siguió. Vergil fue el primero en llegar. Se quedó de piedra al ver lo que había sucedido con la habitación.
-Alice... Alice, cálmate! Me oyes? Cálmate!!- Intentó sostenerla pero ella no dejaba de moverse. Cuando Nero y Dante llegaron para sostenerla también, ella dejó de moverse. La soltaron y se cayó al suelo de rodillas, llorando. Cay, Hope y algunos de los que miraban desde la puerta no lo creían. Ella nunca lloraba así. Siempre era frívola. Ahora parecía estar triste, algo que nunca aparentaba. Ella nunca aparentaba nada.
Arya llegó y se llevó una mano a la boca.
-Dios mío...-
-Alice.- La llamó Lynx acercándose. -Me escuchas? Alice.- La niña la miró, y Lynx se arrodilló a su lado. Se alegraba de que Alice quisiera a los bastardos, porque si hubiera sido como Cass no se podría haber acercado. -Estás bien?-
Alice se mojó las lágrimas de su único ojo. Lynx quiso sacarle el parche y el barbijo, pero Alice le tomó las manos para que no lo hiciera.
-No. Estoy... bien.- Dijo, volviendo a su inexpresividad de siempre.

Cuando estuvo del todo bien, se levantó. Miró hacia la puerta. Se acercó a Ian y Susanne.
-Lo siento.- Fue lo único que dijo. Se dió la vuelta y salió del pasillo.
-Espera Alice, hay que curarte eso...-
-No es problema.-

-Claro que sí.- Dijo Alice, y miró a Ian. -Interrumpí su conversación. Seguro los he molestado. Esto merece castigo...- Dijo pensativa y salió por la puerta.