Capítulo #1 "Junta."

Ahri estaba en la calle. Eran las tres de la madrugada, pero ella caminaba igualmente, con su transformación normal. Ni siquiera tenía las orejas. Todo estaba oscuro, ni una sola luz, y no había nadie en la calle. Todos debían estar durmiendo, asustados.
"Mañana es la junta de magos." Pensó seria, caminando. "Es mi oportunidad para demostrar de que pueden confiar en mi..."

Sasuke caminaba por las calles con su acostumbrado gesto serio y distante, miraba hacia adelante hundido en sus pensamientos sobre la conferencia que tendrían los magos, rodó suavemente los ojos como si no tomara importancia a ese tema, no le incumbía, al menos no encontraba ningún pensamiento inusual sobre dicha faena.

Ahri hizo un triángulo con las manos, y miró a través, pensativa.
-Soñadora.-
Su traje cambió rápidamente, transformándose. Se siguió mirando la mano izquierda, normal, tocada por la brisa, y la derecha, cubierta por un guante de metal. Movió los dedos y resonó el acero. Iba tan distraída que chocó contra algo y se cayó.

(Ese "algo" es sasuke)

(Sí, Sasuke es una cosa.
Ahri: MI COSA!! D:<
Yo: NI EN SUEÑOS!! D:<
-pelea sangrienta- (?) )

Sasuke dio unos pasos atrás intentando no caerse en esos momentos, miro hacia la joven con cierto deje de curiosidad, no era de ser educado pero sentía un poco de culpa por la caída de la chica.
-Se encuentra bien.-Pregunto.
(Sasuke: -_- *sin nada que ver en esto*)

Ahri se levantó poniendo la mano derecha en el suelo. El sonido del metal sonó en toda la noche y luego, silencio.
-Sí...- Dijo ella algo apenada. Miraba el suelo, sonrojada. -No se preocupe. Usted está bien?-

Sasuke entrecerró los ojos aun mirando a la joven, afirmo suavemente a las palabras de la joven.
-Me encuentro bien.-Menciono.

Ahri sonrió levemente y asintió, aunque no le miró.
-Me alegro entonces...- Dijo, y el acero de su brazo derecho volvió a sonar. Ella se asustó un poco y miró alrededor con nerviosismo.

Sasuke afirmo.
-Si me disculpa seguiré mi camino.-Menciono, no era muy sociable con la gente y mucho menos con las mujeres, prefería evitar al mundo.

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Ahri se sonrojó más y asintió.
-Oh, cla-
-Haciendo amigos?-
Una voz casi sepulcral sonó y Ahri se dió la vuelta rápidamente.
-Zy-Zyra...-
-Oh, sabes mi nombre, qué bonito...- Dijo Zyra y sonrió, algo desagradable. Cuando Ahri intentó mirarla, Zyra ya estaba junto a ella. Se había desplazado varios metros en poco más de un segundo.
-Qué sucede? Pareces tensa...-
Ahri gritó y se alejó de ella de un salto. Con la mano del guante de metal ya había hecho una bola azul, y apuntaba a Zyra.
-De-Déjame...- Apretaba los dientes, tensa, asustada y nerviosa. Delante tenía a Sasuke, y detrás de él estaba Zyra, que rió. Ahri apretó más los dientes y elevó las nueve colas, amenazante.

Sasuke suspiro, se hizo a un lado para seguir su camino, no le importaba mucho el trama que vivían ambas chicas en esos momentos, solo le irritaba.

Zyra miró a la espalda de Sasuke.
-Eh, tú no te vas...- Dijo, intentando agarrarle con las zarzas. Ahri se puso delante a tiempo y las pateó para hacerlas retroceder. Luego le tiró un rayo de luz a Zyra, que se arrodilló en un tejado cercano, con dolor.
-Adiós.- Dijo Ahri algo fría, sin mirar a Sasuke, dándole la espalda. Pasó corriendo y desapareció en la oscuridad. Zyra miró a Sasuke, pero prefirió perseguir a Ahri, y también se perdió en la nada.

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-Oiste? Por suerte no hubo heridos.-
-Fue a la mañana, no?-
Ahri caminaba cabizbaja por la ciudad. Todos hablaban de unos incidentes que habían sucedido el día anterior. Varias casas de calles rectas y largas habían sido quemadas o destrozadas, y habían encontrado algunas zarzas cercanas. Nadie sabía que Zyra y ella habían estado luchando casi toda la noche. Ella estaba exhausta. Había usado mucha energía y no había dormido, y aún debía ir a la junta de magos.
"Esto va de mal en peor..."

Sasuke paseaba nuevamente por la calles, iba mirando unas hojas donde estaban escritas palabras antiguos, viejos hechizos que estudiaba, ya había oído hablar de dichas destrucciones por la ciudad y creía hacerse una idea de lo que había pasado.

Zyra estaba en la plaza central. Los ciudadanos estaban a su lado.
-No, no sabemos quién o quiénes fueron, pero abriremos una investigación.- Dijo Zyra, seria.
"Hipócrita..." Pensó Ahri, pero pasó de largo, y entró en un edificio. Le recibió un humano de larga capa dorada, lo que le daba su título de archimago.
-A qué vienes?-
-A la junta de magos.-
-Para?-
-Para formar parte del equipo de búsqueda de cristales.- Dijo Ahri, seria. Sus colas estaban en alto. El hombre seguramente las vio, y la dejó pasar.

(Sasuke entrara?)

(Si va para buscar los cristales (que es de lo que va el rol), sí.)

(Estoy muy volada -w-)
Sasuke entraba en el edificio, iba algo aburrido pero quería haber la búsqueda, solo deseaba no hacerlo en grupo.

El mismo hombre miró a Sasuke.
-Para qué vienes?-
Ahri miró hacia atrás y le reconoció. Carraspeó y miró al hombre.
-Es solo un aprendiz de magia, creo... No hace falta que entre a las búsquedas...- Dijo, y antes de que alguien dijera algo, echó a andar rápidamente. El hombre miró a Sasuke.
-Si no vienes por las búsquedas de cristales, no hay nada que hacer. Así que largo.-

-Vengo a eso justamente, a buscar los cristales.-Respondió el joven sin problemas en ello, miro hacia su alrededor para percatarse en las entidades que se encontraban en el mismo salon.

El hombre lo miró con sospecha.
-Pasa.- Dijo, de mala gana.
Ahri ya se había sentado en la mesa redonda. Gente de unos cinco años o más mayores que ella ya estaban sentados, discutiendo.


Janna escuchó un ruido lejando. Siguió avanzando, ahora más rápido, hasta detenerse después de unos minutos de caminata.
-Soy Janna, semi-diosa, y te exijo que te identifiques.- Dijo con voz fuerte otra vez, mirando alrededor. La niebla...
"No puede ser real... Yo no..."

Janna hizo medio paso atrás, pero frunció el ceño aún mirándole.
-Entonces todo esto es una ilusión tuya. Para qué? Qué es lo que quieres hacer aquí?- Le preguntó con voz de sospecha, aún fuerte. Aquel chico tan joven le daba mala espina. No dejaba de observarle, porque simplemente no podía sacarle los ojos de encima, pero le daba como un mal presentimiento.