Capítulo #1 "Junta."

Sasuke se fue a sentar a una silla apartado del resto, no le gustaba estar junto a los demás, le era molesto estar con mucha compañía.

Janna apretó los dientes y dió un paso adelante.
-¡Escucha, yo soy la encargada de la protección de este lugar, y me resultas sospechoso! ¡Ahora mismo vas a responder mis preguntas si no quieres morir!- Amenazó gritando y apretando el puño. Hacía mucho que no perdía el control.


Ahri miraba alrededor de la sala, distraída, cuando se fijó en Sasuke. Apretó los dientes.
-Qué... Qué haces tú aquí?!- Le dijo, señalándolo. Algunos la miraron sin entender. -Tú... No puedes estar aquí! Le dije al de la entrada que tú no podías estar aquí!-

Sasuke miro a la chica con una mirada casi asesina.
-Si quieres echarme inténtalo por la fuerza.-Reto viéndola.-Si no te atreves cierra el maldito hocico.-

Uno de los chicos se levantó.
-Oye, ten más respeto...-
Un kunai pasó al lado de Sasuke y se clavó en la pared. Ahri ya estaba delante de él, con otro en la mano.
-Yo no tengo hocico. Tengo colmillos.- Dijo, enseñando los dientes.

Sasuke miro hacia la chica.
-Me vale muy poco que tengas o no.-Se levanto de la silla, la aparto, era evidente que buscaba pelea.

Janna le miró un momento frunciendo el ceño. Luego se puso a reír, casi maliciosamente.
-Dioses? Comprensibles?- Dijo, volviendo a reír con amargura.
-No, pequeño. Los Dioses son reales, relajados y crueles. Y yo, siendo semi-diosa, soy aún peor. La gente que hace algo mínimo que me desagrada, se despide de este mundo. Porque yo quiero.- Dijo, con tono autoritario y orgulloso. -Creías que por proteger a la gente los Dioses son buenos? Já. Se nota que has vivido poca realidad...- Dijo, yendo de un lado a otro del puente, jugando con su lacio pelo rubio y su vestido blanco.
-La gente me reza para que tenga compasión, y para que les ayude con el clima. Para que no haya desastres. Pero yo he causado más destrozos que cualquier catástrofe.- Dijo con voz cruel.
-Y si para mis ojos pareces una amenaza para mi pueblo, te sacrificaré sin dudarlo. No me importas lo más mínimo. Sería acabar con una vida para proteger millones. Por qué iba a importarme que murieses?- Dijo, y rió otra vez. Luego dejó de pasear de un lado a otro, y se paró en medio del puente.
-Por qué vienes? Cuál es tu propósito?-

Janna miró el suelo del puente, esperando.
"No hay sonido de agua." Pensó. Fue dando pasos hacia atrás. "No hay sonido de agua. No hay sonido de agua." Se iba diciendo a si misma. Echó a correr hasta el extremo del puente, aún mirando.
"Dónde está...?!"
-Largo!- Le gritó a una familia que estaba cruzando, y éstos se volvieron rápidamente. Cuando llegó al extremo, Janna empezó a desanudar la cuerda izquierda del puente, aunque sosteniéndola.
"Debe salir."

(Asjkasjka me mató eso xDDD)

Janna ató la cuerda otra vez al escuchar un chapoteo en el agua. Pero había sentido como si una pequeña campanita sonase.
-Tienes problemas?-
Janna miró al cielo.
-No es tu problema, Diana, puedo arreglármelas sola.- Dijo enfurruñada. Se sintió una risa.
-Tienes más de mil años y sigues siendo una niña. También puedes llamarme mamá...-
-No quiero, no eres mi mamá.- Dijo ella, ya volviendo a pisar el puente, con el ceño fruncido, testaruda. -Los dioses no tienen familia.- Murmuró. Se sintió un trueno, y no se escuchó otra vez la voz de Diana.
-Sal ya.- Le dijo al extraño que había desaparecido. Sabía que estaba por ahí. Necesitaba verlo.
"No puede haberse caído..." Pensó, y por instinto miró hacia el vacío. Observó atenta el agua, para ver si le veía.

Janna abrió los ojos.
-Eh?!- Dijo, mirando a su alrededor, y mirando el agua otra vez. -Dónde...?- Se quedó mirando el agua, con cara inocente, tan inclinada que su pelo rubio casi le tapaba la vista. El viejo pescador de antes se puso a reír por su inocencia, mirándola. Ella le miró y se sonrojó levemente.
-Oiga!- Se quejó, y volvió a mirar al agua.
-Sigues pareciendo una niña.-
Janna se sobresaltó y miró al cielo enfadada.
-Mamá- Digo, Diana! Me has asustado!- Se quejó, y se escuchó la risa de su madre. Janna miró al agua, hinchando levemente las mejillas con el ceño fruncido, algo molesta. Luego se le relajó el rostro, mirando con curiosidad. Dudó un momento, pero finalmente estiró la mano...

Zyra estaba en la junta de magos. Escuchaba antentamente los planes y las propuestas de los demás, seria.


Janna se sonrojó y se enfureció.
-Al menos yo soy alguien. Tú no eres nada!- Le gritó, lanzándole un rayo directo, producto de su ira.

Lisa entró en la reunión.
- Siento llegar tarde - Sonrió tapandose un poco la boca con parte de su kimono, hizo una pequeña risita.

Zyra la miró un momento y elevó la ceja. Todos miraron a la niña sin saber qué hacer, así que fue la que habló.
-Niña, largo.- Dijo seria y fría.

Janna se quedó mirando. Apretó los dientes, y empezó a correr. Llegó al portal de Cielo Eterno, y subió.
-Sí, hija?- Dijo su madre.
-Quiero que todo el mundo busque al chico de antes.-
-El de los sonajeros?-
-Sí. Arréstenlo, y si se resiste mátenlo.- Dijo. Sin esperar más, salió y se fue a la plaza central.



Zyra la empujó despreocupadamente con una zarza.
-Las niñas no entran.-

Zyra no le hacía caso. Se miraba las uñas. Con las zarzas retorciéndose dió latigazos a la niña y sus ilusiones, sin importale lo más mínimo.